
Cada día realizamos el mismo ritual para entrar a nuestro
Dojo (lugar físico donde se practica el karate), desde que empezamos hasta que finalizamos. Normalmente tenemos programadas las clases de la siguiente manera:
Los
lunes realizamos
Kihon.
Los
miércoles realizamos
Kata.
Los
viernes realizamos
Kumité.
Nos cambiamos en los vestuarios y guardamos nuestras cosas en taquillas con candados, cada uno tiene el suyo.

Así trabajamos un poco la responsabilidad (guardar bien la llave para poder abrir la taquilla y coger nuestras cosas) y también la psicomotricidad fina, ya que tienen que manejar el mecanismo de cierre junto con un pequeño candado.
PERFECTO!!


Ahora
nos ponemos en fila y en actitud tranquila para empezar la clase y entrar relajados al Dojo. Así cuando realizamos Seiza (posición de meditación antes y después de la práctica del Karate) ya podemos EMPEZAR. ;)
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